Cuento original, por Charles Perrault

Un día su madre, habiendo cocido y hecho tortas, le dijo:
-Ve a ver cómo anda la abuela, pues me han dicho que estaba mala; llévale una torta y este tarrito de mantequilla.
Caperucita roja salió enseguida para ir a casa de su abuela, que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre lobo,

-Voy a ver a mi abuela, y a llevarle una torta con un tarrito de mantequilla que le envía mi madre.
-¿Vive muy lejos? -le dijo el lobo.
-¡Oh sí! -dijo Caperucita roja- ¿Ves aquel molino lejos, lejos? Pues, nada más pasarlo, en la primera casa del pueblo.
-Pues mira -dijo el lobo -, yo también quiero ir a verla; yo voy a ir por este camino y tú por aquél, a ver quién llega antes.

No tardó mucho el lobo en llegar a la casa de la abuela; llamó: Toc, toc.
-¿Quién es?
-Soy tu nieta, Caperucita roja -dijo el lobo, desfigurando la voz -, y te traigo una torta y un tarrito de mantequilla que te envía mi madre.

El lobo tiró del cerrojo se abrió la puerta. Se arrojó sobre la buena mujer y la devoró en menos de un santiamén, pues hacía más de tres días que no había comido.
Después cerró la puerta y fue a acostarse en la cama de la abuela, aguardando a Caperucita roja, que llegó un poco más tarde y llamó a la puerta: Toc, toc.
-¿Quién es?

-Soy tu nieta, Caperucita roja, y te traigo una torta y un tarrito de mantequilla que te envía mi madre. -El lobo le gritó, suavizando un poco la voz:
-Tira del cerrojo y la puerta se abrirá.
Caperucita roja tiró del cerrojo y se abrió la puerta. El lobo, al verla entrar, le dijo mientras se ocultaba en la cama bajo la manta:
-Deja la torta y el tarrito de mantequilla encima de la mesa y ven a acostarte conmigo.
Caperucita roja se desnudó y fue a meterse en la cama, donde se quedó muy sorprendida al ver el aspecto de su abuela desnuda. Le dijo:

-Son para abrazarte mejor, hija mía.
-¡Abuelita, qué piernas más grandes tienes!
-Son para correr mejor, niña mía.
-¡Abuelita, qué orejas más grandes tienes!
-Son para oír mejor, niña mía.
-¡Abuelita, qué ojos más grandes tienes!
-Son para ver mejor, niña mía.
-¡Abuelita, qué dientes más grandes tienes!
-¡Son para comerte mejor!
Y diciendo estas palabras, el malvado del lobo se arrojó sobre Caperucita roja y se la comió.
3 comentarios:
esta me gusta me gusta.. te veré el sabado hermano cabra!?
cuidese muchiooss
¿nos vemos el sábado? ¿en dónde? ash, nunca me entero de nada ¿el domingo hay circocalle? erik quedó de hablarme y ya es hora que nada... y luego dicen que a mí se me va la cabra.
teic queir (take care) [cuídate]
jajajajaj no no era el sabadoo, era el domingo ajjaj se me jue a mi la cabra bien gacho .. bueno como sea.. hey! pasa a mi blog hay convocatorias interesantes.. Bueno nada mas puedes entrar a una. A de cuento ilustrado, ve las bases y hay ke participar compaaa!
no me abandonéeees!!
no me abandonéeeeeeeees!!
jajjajajajja!
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