10/6/08

Harto de sus chismes de viejas de lavadero

...


doña malama’ godínez
las flores no se cortan
el robachicos / cállate estúpida
tirándole a ñoño
en la academia lo vas a lograr
¿y eso qué?
el padre amado
prespectivas
con mis propias semillas
el palo de en medio es más chico
buenaniña
...pero más sin embargo

La “Guía de Comunicación Oral para futuros Padres (y Madres)” tiene como intención principal brindar herramientas poderosas para el correcto uso de la oralidad. El público meta está conformado por jóvenes de entre los 18 y 25 años. Cabe recalcar que el manual no es para ser buenos padres, sino para comunicarse efectivamente con los que nos rodean, especialmente con los futuros hijos. Somos expertos en comunicación, no en pedagogía.

Esta guía surgió de la necesidad de cambiar ciertos patrones de comunicación inefectiva que observamos en experiencias propias y ajenas. Decidimos hacerlo para jóvenes pues consideramos que un sujeto que adquiere un manual para ser buen padre antes de serlo, es una persona con capacidad de agencia y por lo tanto será sensible y abierto hacia los conocimientos que le ofrecemos. Además, nos resulta sencillo comprender los gustos y formas de acercamiento puesto que todos los creadores estamos dentro del nivel de edad.

El manual consta de una revista de apoyo y un disco con música y ejemplos. Se dio énfasis a las ilustraciones con el afán de atraer la atención de las personas visuales, mientras que el audio ayuda con los auditivos. Los kinestésicos también fueron tomados en cuenta, por lo que los ejemplos son sentimentales e incluso melodramáticos.

Realizado por CHANGOMAUS Producciones
Diseñado e ilustrado por MORADA Cubil Creativo

3/6/08

Con la nuca mojada

...
La otra noche soñaste conmigo. Fue un sueño de esos que impactan, que te marcan. Primero estábamos los dos, tranquilos como solía ser antes cuando pensábamos que todo era perfecto. Era tan lindo, ¿recuerdas? Yo era lo máximo para ti y tú sabes que lo eras para mí; a pesar de todo aún lo eres. Cierto, un bello sueño. Tú creías estarlo viviendo y eso te hacía feliz. Pero el sueño no terminó así; dije o hice algo que no te pareció y yo me di cuenta, es tan obvio cuando algo te molesta… Y entonces me volvió a suceder pero esta vez no te tomó por sorpresa, ya te habías preparado. Me enfurecí y grité histéricamente que te acercaras, mas tú lo tomaste con calma y seguiste haciendo tus cosas sin inquietarte. Eso me hizo enojar aún más casi al punto de encolerizarme. Ahí voy, fue lo único que contestaste y la rabia se me subió a la cabeza. No me grites, te dije casi temblando. Me miraste a los ojos y en un susurro me respondiste con una tranquilidad que me pareció desafiante eso que ambos sabíamos: no estoy gritando. Tu respuesta penetró mis oídos tan suavemente como había salido de tu boca, yo no lo soporté y enloquecí. Te voy a partir la madre, fue la descolocada frase que atiné a pronunciar mientras me abalanzaba sobre ti. Pero ni te inmutaste y tu perturbadora indiferencia removió hasta lo más hondo de mi ser. Te sujeté del cuello por detrás, y cuando me disponía a arrastrarte sin rumbo definido estornudé de improviso. Salud, dijiste tiernamente volteándome a ver sobre tu hombro. Eso fue demasiado para mí y ahí exploté. Mis ojos despidieron chispas y mi rostro se tornó en un rojo encendido al retumbar esos gritos a los que habías aprendido a temer, gritos que esta vez no causaron efecto en ti. La rabia se transformó en una ira que cegó mis vísceras y tú ni siquiera intentaste defenderte. Te jaloneé del pelo, te azoté contra la pared y estaba a punto de levantar mi puño cuando soportando todo y esperando todo acercaste lentamente tus labios a mi oído y suspirando pronunciaste dos palabras con el seco sonido de tu aliento: te amo. Y lo repetiste: te amo. No sé si en ese momento recordé, ignoro si los sueños pueden recordar; pero sea como sea cualquier posible recuerdo se esfumó pues empezaste a hacerme cosquillas en el cuello y yo reí fuerte, muy fuerte, apretándome contra tu cuerpo, estrujándote cada vez más. Y lloré. Y tú despertaste con la nuca mojada.